Franquicias “sin malos humos”
Entre los negocios dedicados a la hostelería y la restauración comienza a cobrar fuerza una tendencia que supone, en primera instancia, una gran ventaja para el futuro franquiciado: la posibilidad de formar parte del mercado con un establecimiento que no necesite salida de humos. Con esta opción, que significa un ahorro en reformas e instalación de tecnología extractora, las enseñas potencian su crecimiento al mismo tiempo que mantienen el control sobre el producto final, un factor clave especialmente en el caso de las cadenas de fast food.
Aunque no es posible en todos los casos, las cadenas de franquicias dedicadas a la hostelería y la restauración comienzan a ingeniárselas para adaptarse a una tendencia que ha cobrado fuerza de un tiempo a esta parte: reinventar el concepto de negocio y el saber hacer de modo que los establecimientos de la cadena no necesiten disponer de salida de humos para explotar el negocio en cuestión.
Así, entre las franquicias que se dedican a la venta de un producto «preparado», se ha intensificado la modalidad «sin salida de humos», que facilita al franquiciado la tarea de encontrar local y, además, ahorrar costes en obras de reforma y la instalación del sistema de extracción necesario.
Respecto a la central, permite intensificar la expansión del concepto, dado que se reducen los requisitos indispensables para poner en marcha un nuevo establecimiento -si bien es cierto que esta opción precisa de un potente sistema de logística para garantizar que el producto esté siempre disponible, y en buenas condiciones, en todos y cada uno de los eslabones de la cadena.
Un «respiro» para el emprendedor
A la hora de decantarse por uno u otro concepto de hostelería y/o restauración en franquicia, el emprendedor debe preguntarse qué tipo de negocio se ajusta a sus posibilidades, sus necesidades y, lo más importante, sus aspiraciones personales. En ocasiones, esta batería de preguntas auto impuestas pueden no obtener una única respuesta, situación en la que la mayoría de los inversores recurren al asesoramiento de profesionales y al clásico «busque y compare».
La expresión «no necesita salida de humos» llama poderosamente la atención de aquellos emprendedores interesados en formar parte del mercado del fast food o el tapeo, sectores cuyos conceptos en franquicia han sabido -y han podido- adaptar su cadena de producción y distribución para hacer posible que sus «eslabones» prescindan de extracción en los locales.
Porque no precisar de salida para humos significa, por una parte, una facilidad añadida a la costosa tarea de encontrar un local adecuado. Existen ubicaciones en el centro de las grandes ciudades o en centros comerciales que dificultan la instalación de este tipo de sistemas, limitando la oferta de espacios entre los que el emprendedor puede elegir.
Por otro lado, instalar la tecnología necesaria para garantizar una correcta extracción de los humos producidos en cocina no suele resultar barato, por no hablar de la cantidad de permisos que el propietario del local debe adquirir para poder llevar a cabo la obra de reforma e instalación.
En conclusión, es evidente que el número de conceptos de hostelería y restauración en franquicia que ofrecen esta modalidad es reducido, puesto que cualquier establecimiento que ofrezca un plato elaborado y recién hecho necesitará de extracción, Sin embargo, en el caso de negocios que se dediquen a la venta de productos fríos, precocinados o de fácil preparación, ofrecer la posibilidad de prescindir de salida de humos es todo un valor añadido que, cómo no, potencia la expansión de la cadena.
Más ventajas que esfuerzos para la cadena
Como en todo proyecto empresarial, el primer objetivo de las cadenas de franquicias es aumentar sus beneficios año a año con la finalidad de continuar creciendo, esto es, incrementando el número de establecimientos vinculados a su imagen de marca y su saber hacer. Un reto que motiva a las centrales para trabajar en un concepto que se preste a una rápida expansión.
Sin duda, la supresión de la salida de humos en aquellos negocios donde ha sido posible es una de las estrategias más agradecidos por los inversores por motivos obvios, pero también significa una serie de esfuerzos para las cadenas.
En primer lugar, estas franquicias han tenido que estudiar en profundidad la composición de sus productos para dar con una fórmula que garantice el mantenimiento de la calidad de los mismos, desde que salen de la fábrica hasta que llegan a cada uno de los establecimientos. Así, a la hora de introducir novedades en la carta, tendrán que tener en cuenta el proceso por el que pasan los «platos» antes de llegar al consumidor.
Por otra parte, la central debe contar con la infraestructura necesaria para cubrir las necesidades de pedido de cada local, si bien las instalaciones varían muy mucho de un concepto a otro. Por ejemplo, un negocio cuya máxima sea servir productos frescos del día tendrá que prever la construcción de fábricas en diversos puntos del territorio en que se asiente, con el objetivo de servir a los establecimientos que se encuentren en un determinado radio de acción.
Uno de los casos más ilustrativos es el de Dunkin&rsquo, Coffee, enseña que se dispone a intensificar su expansión en España a través de la figura del multifranquiciado. Así, empresas inversoras con capacidad económica suficiente gestionarán las aperturas en una determinada zona. Antes de desarrollar la red, tal y como explica el director general de la cadena en nuestro país, José Carrillo, «el multifranquiciado deberá construir un obrador en su área de operación para fabricar el producto cada día y garantizar que llegue en excelentes condiciones a cada uno de los establecimientos».
En cuanto a las ventajas añadidas que brinda esta modalidad destaca el control que la central puede mantener sobre el producto final, que, en casos como el sector del fast food, llega a ser una de las claves del éxito. En este sentido, cuando la central de franquicias se encarga de la fabricación del producto y de la entrega del mismo, puede asegurar la homogeneidad de cara al consumidor.
Negocios que «prescinden» del humo
Entre las oportunidades de negocio que no necesitan salida de humo en sus locales destacan las cadenas que trabajan en el sector del fast food, un mercado que, como hemos dicho, se presta con facilidad a ofrecer esta modalidad a sus futuros socios.
Concretamente, el bocadillo es un producto que no tiene por qué ser preparado en el local donde se vende al consumidor, sino que puede fabricarse en un punto lejano -en muchos casos tan solo es necesario preparar la materia prima- y llegar hasta el punto de venta en buenas condiciones.
Enseñas que no exigen salida de humos a sus socios son Subway, cadena internacional que cuenta con más de 28.000 establecimientos en todo el mundo y con 40 en España, Tabernas Bocatín, que ofrece su producto en 36 locales en el territorio nacional, Kroxan, que ofrece bocadillos con un concepto más cercano a un establecimiento de tapas.
En el micro sector de las tapas opera ofreciendo esta modalidad de local Cervecerías 100 Montaditos, con un concepto que se basa en enviar todos los ingredientes de los bocadillos ya preparados de manera que solo hay que «montarlos» en el local, o Tapasbar, que vende tapas más elaboradas a partir de productos ya cocinados.
En el mismo mercado del fast food operan bajo este mismo sistema enseñas con conceptos muy distantes, como Konopizza y Marcamar, dado que, aunque ambas eluden la instalación de salida de humos en sus locales, la primera mantiene un negocio puramente «fast food» mientras que la segunda ofrece a los clientes platos elaborados que incluso incluyen carnes y mariscos.
Otras cadenas de franquicias que no trabajan en el sector de comida rápida pero que ofrecen la posibilidad de no instalar sistema de extracción de humos en sus locales son Crapa Pelata y Origen 99,9%.