Franquicias que venden erotismo
La concepción de la sexualidad por parte de la sociedad española ha dado un giro de 180 grados y, lo que antes era considerado escandaloso o de mal gusto, ahora se acepta con total naturalidad. Una revolución “sexual” que ha propiciado la aparición de negocios cuyo objetivo es mejorar la vida íntima de sus clientes a través de la venta de artículos eróticos. En franquicia, el potencial de estos conceptos se multiplica, impulsado por una fórmula que facilita el crecimiento de unas enseñas que ofrecen “placer” pero con buen gusto, a años luz del viejo concepto de sex-shop.
La época del destape queda lejos y, a día de hoy, resulta casi ridículo imaginar una sociedad en la que la exhibición de motivos sexuales era causa de rubor e incluso escándalo. Ahora, dado que la sexualidad se experimenta como una experiencia totalmente natural y parte de la vida cotidiana, los consumidores han empezado a interesarse por toda clase de artículos que potencien su placer en la cama… y fuera de ella.
Así, los juguetes sexuales, las películas y la literatura erótica, la lencería más atrevida y los complementos más picantes han pasado a formar parte de los escaparates de, en ocasiones, las calles más comerciales de las grandes ciudades. En este sentido, también el concepto de negocio ha experimentado un cambio significativo, alejándose de la imagen que actualmente se asociaba a un sex-shop: un sitio oscuro, sórdido y no apto para todos los públicos adultos.
Ahora, los negocios especializados en la venta de esta clase de artículos ya no se esconden en calles secundarias, sino que se expanden por las zonas comerciales exhibiendo su mercancía en locales luminosos, decorados al detalle y muy ordenados, que ofrecen una sensación de buen gusto e invitan a entrar.
Entre este conjunto, todavía reducido, de negocios, destacan una primera avanzadilla de pioneros que han decidido traspasar su concepto al sistema de franquicias, adoptando una fórmula que ofrece numerosas ventajas a la hora de expandir la marca por el territorio nacional.
Cuando franquiciar es un placer
En el caso concreto de estas oportunidades de negocio, la franquicia se ha convertido en una aliada en toda regla. La posibilidad de expandir el concepto gracias a la colaboración de socios que aportan capital a cambio de un saber hacer de éxito probado, una imagen en vías de instalarse en la mente del consumidor y múltiples ventajas en la compra de la mercancía, es una estrategia de crecimiento que sigue dando sus frutos.
La primera ventaja con la que se encuentran los inversores es la escasa competencia que existe en el sector, dado que la venta de artículos eróticos no está aún muy extendida por el territorio nacional. Así, las nuevas franquicias operan en una zona de exclusividad en la que, por norma general, no suele haber ningún establecimiento vinculado a una marca competidora.
Esta característica, por otra parte, confiere a los establecimientos un halo de exclusividad que los convierte en algo más que una simple tienda de productos para disfrutar. Las tiendas de artículos eróticos atraen al público con sus originales artículos y, además, gracias a la curiosidad que despierta la mercancía expuesta en sus escaparates.
Además, estas enseñas ostentan una imagen de marca encaminada a impactar en la mente del consumidor, mientras que, al mismo tiempo, se trata de una imagen que transmite conceptos relacionados con el placer, el juego, la travesura… todo ello con un componente de base: el buen gusto. En este sentido, el emprendedor tiene por seguro que entra a formar parte de una cadena con una imagen de marca muy estudiada y acorde con lo que se quiere vender.
Pero en realidad, las ventajas más interesantes están relacionadas con la compra de la mercancía. En primer lugar, las enseñas suelen ofrecer contratos exclusivos con proveedores para constituir una economía de escala y lograr que el producto sea mucho más barato, para el franquiciado y para el cliente final. Bajo la máxima “a más mercancía más descuento”, se suele llegar a acuerdos muy beneficiosos para todas las partes.
Del mismo modo, empieza a ser muy habitual entre las centrales de franquicia investigar, diseñar y fabricar sus propios productos, para diversificar el mercado del producto erótico, contar con mercancía de su propia marca y, como no, abaratar costes a sus socios.
Retos del erotismo en franquicia
La implementación de nuevas tecnologías en el negocio de la venta continúa siendo una de las claves a potenciar de cara al futuro. Alguna de las enseñas, como No es pecado, ya cuentan con una página muy completa que, además de ofrecer la posibilidad de comprar online, brindan todo tipo de información de contenido sexual a modo de consejos. A este respecto, Tu Tabú ya ha comenzado a poner en marcha su propia web con los mismos fines.
Por supuesto, la venta a través de Internet no puede convertirse en un competidor para los socios franquiciados, por lo que las enseñas remiten las compras al establecimiento más cercano a la vivienda del cliente.
Otro canal de venta asociado en los últimos años al artículo erótico son las tupper-sex, reuniones en las que una vendedora experta se desplaza a la vivienda de una clienta que, junto con unas amigas, participaran compartiendo experiencias, conociendo las novedades del mercado y, como no, comprando lo que más les guste. De momento, esta forma de comercio parece exclusiva del sector femenino de la población. Conquistar al público masculino a través de estas sesiones continúa siendo todo un reto.
La diversificación de productos continúa siendo una baza a jugar para diferenciarse aún más de la competencia. A través del desarrollo de artículos de la propia marca, la franquicia puede dar con productos que no puedan ser imitados. Una gran ventaja, dado que puede llegar a fidelizar a la clientela.
Otros recursos están intrínsecamente relacionados con el marketing y la publicidad. Las promociones, tarjetas de clientes, descuentos por compra, etc. son estrategias que funcionan a la hora de captar la atención del consumidor.
Finalmente, continuar dando a conocer esta clase de artículos puede ser una buena estrategia. De esta manera, las personas que aún no se hayan sentido tentadas a adquirir uno de estos artículos pueden plantearse vencer sus miedos y lanzarse a intensificar su placer con cualquier de los “juguetes” que venden en estas tiendas.
Cuarteto de ases de “corazones”
Actualmente, tan sólo cuatro cadenas de franquicias dedicadas a la venta de artículos eróticos operan en el territorio nacional a través de casi 60 establecimientos, una cifra que da pistas fiables sobre el potencial de estos negocios, que se han incorporado prácticamente hace un año al mercado.
No es pecado fue la primera empresa que se lanzó a adoptar la fórmula de la franquicia en 2004, una buena elección si tenemos en cuenta que ya dispone de 46 establecimientos adheridos a su concepto, imagen de marca y saber hacer. Como su propio nombre indica, esta enseña ha sabido potenciar la tendencia de “liberación” que nació en los ’90, animando al consumidor a probar sus productos.
La inversión inicial de esta oportunidad de negocio se aproxima a los 36.000 euros, más un canon de entrada de 12.000 euros. En cuanto al local, es necesario contar con un espacio de entre 30 y 40 metros cuadrados de superficie para mostrar la mercancía acorde con el saber hacer de la enseña.
Por otra parte, Sensualove se instituyó como cadena de franquicias el pasado ejercicio y ya cuenta con siete puntos de venta en el territorio nacional, cuatro de ellos operando bajo el régimen de franquiciados. Su concepto, muy cercano al de su homóloga anterior, se basa en la venta de todo tipo de juguetes y complementos diseñados para enriquecer la vida sexual de sus clientes.
El desembolso inicial al que hay que hacer frente se algo superior, unos 80.000 euros, más un canon de entrada de 12.000 euros, siendo necesario contar con un local de entre 40 y 50 metros cuadrados de superficie.
Otra de las referencias que forma parte del mercado desde 2006 es Tu Tabú, cadena de franquicias sevillana que ha apostado por un concepto que va un poco más allá de la venta de artículos eróticos. En este sentido, la enseña también se ha especializado en organizar despedidas de soltero/a, realizar charlas explicativas a domicilio (las populares tupper-sex) e incluso dispone de una sexóloga que atiende las consultas de los clientes.
En cuanto a la inversión necesaria, poner en marcha un establecimiento bajo el sello de esta marca cuesta unos 36.000 euros más un canon de entrada de 8.000, además de disponer de un espacio que puede ir desde los 30 metros cuadrados hasta los 500 metros.
Finalmente, en este sector también podemos encontrar a Le Boudoir, cadena de franquicias cuyo concepto se basa primordialmente en la venta de lencería pero que, en los últimos tiempos, ha decidido incorporar complementos “picantes” a sus tiendas a modo de artículos eróticos.
Dado a que el negocio central consiste en la venta de conjuntos de lencería de alta calidad, la inversión inicial pasa por desembolsar unos 100.000 euros para una tienda de unos 50 metros cuadrados, a lo que hay que añadir el pago de 6.000 euros como canon de entrada.