Corea del Sur, explosión de franquicias
Se estima que actualmente hay en torno a 1.600 redes de franquicias, con alrededor de 120.000 establecimientos, implantadas en Corea del Sur. Así, el mercado de la franquicia en Corea está bastante saturado y aún así se espera que siga creciendo en los próximos años, aunque a un ritmo algo más lento, debido al apoyo que está recibiendo por parte del gobierno coreano, que ve en las franquicias un motor para la creación de puestos de trabajo y para el autoempleo.
Ahora mismo, la mayoría de franquicias coreanas están centradas en consolidar sus negocios intentando aumentar la rentabilidad de cada establecimiento en vez de aumentar el número de estos. Y en el caso de abrir nuevos locales o puntos de venta, estos comienzan a instalarse fuera de Seúl, ya que es dónde se concentra un mayor número, en torno al 33 por ciento de los establecimientos franquiciados se ubican en Seúl.
El éxito de la restauración
La franquicia existe en Corea del Sur desde 1979, cuando nació Lotteria, cadena de hamburgueserías pionera pionera en el sector de las franquicias coreanas. A pesar de que los expertos de la época consideraban algo prematuro el momento elegido para iniciar la actividad del fast food en franquicia en Corea, al cabo de un mes las ventas de hamburguesas de dicha cadena alcanzaban los 2.000.000 de Won al día.
Tras este éxito, ese mismo año, nacía Agabang, una enseña especializada en prendas de bebé y niños y que actualmente se posiciona como una de las empresas líderes en el sector.
Ya en la década de los ochenta, comenzó a crearse el mercado de franquicia a gran escala, especialmente impulsado por el sector de cafeterías. Fue en esta época cuando aparecieron en el país asiático las primeras marcas extranjeras de comida rápida, como Mc Donald&rsquo s que desembarcó en Corea en 1986, y los restaurantes de carácter familiar, como es el caso de Cocos, en 1988, lo que se debió en gran medida a la occidentalización de los alimentos y al proceso de internacionalización acelerada que atravesó el país gracias a las Olimpiadas de Seúl de 1988. Fue en esta década también cuando vio la luz la cadena de peluquerías Park Seung Chul Hair Studio, que actualmente aparece en el libro Guiness de los records como el franquiciador de peluquerías más grande del mundo.
Durante los noventa el mercado de la franquicia se diversificó. Pero a finales de la década, el sistema de franquicia también se vio afectado por la crisis económica que afectó al país por aquel entonces. Aunque, muchas personas que se quedaron en el paro, como consecuencia de la situación que atravesaba la nación, vieron en la franquicia la posibilidad de adquirir su propio negocio y salir adelante. Una vez pasada la crisis, comenzaron a cobrar importancia las enseñas del sector servicios.
Por otro lado, en esta década se produjeron numerosas alianzas entre conglomerados coreanos y compañías extranjeras con el objetivo de trabajar conjuntamente mediante la fórmula de franquicia. En 1995 Orion Confectionery abrió su cadena de Bennigans en el barrio de Daehakro. TS Haimarrow, empresa filial de Taihan Sugar Group también firmó un contrato con la empresa estadounidense AFCE para comenzar a trabajar con la franquicia Popeyes. En 1993 JEI Education, empresa especializada en la enseñanza, exportó su franquicia a los Estados Unidos, centrándose al principio sobre todo en el colectivo de inmigrantes coreanos.
Hasta hace poco tiempo, el sistema de franquicia en Corea del Sur estaba regulado por la Ley de Prácticas de Comercio. Sin embargo, en 2002 se publicó una nueva reglamentación aplicable a las franquicias en el país. Dicha reglamentación está contenida en la Ley sobre Equidad en las Transacciones de Franquicias, que entró en vigor en el mes de noviembre del mismo año.
Aparte de la legislación, la Asociación Coreana de Franquicias ha establecido un Código ético para los más de 100 miembros de su asociación, y las sanciones por su incumplimiento provendrán únicamente de dicho organismo.
El peso del sector de la franquicia en Corea del Sur es cada vez mayor. El crecimiento de este sector se ha conseguido gracias a una cada vez mayor capacidad adquisitiva de las nuevas generaciones de consumidores coreanos unido a los cambios producidos en el sector de la distribución, que favorecen nuevos productos y nuevas formas de marketing.
Crecimiento del mercado
El pasado año, los ingresos del sector de las franquicia superaban los 40.000 millones de euros, lo que equivaldría a un 7,4 por ciento del PIB de Corea. El 45 por ciento de dichos ingresos correspondería a las enseñas de restauración, el 30 por ciento a las relacionadas con el comercio y el 25 por ciento restante a las englobadas en el sector servicios.
Ante la tendencia que están adoptando muchas empresas coreanas de reducir la jornada laboral a cinco días semanales, junto con el apoyo que el gobierno coreano está proporcionando a las franquicias, se espera que el mercado de la franquicia experimente un crecimiento superior al 5 por ciento el próximo ejercicio.
Las últimas cifras que se tienen acerca del número de trabajadores empleados en el mercado de la franquicia no son actuales. En el año 2002 el número de personas empleadas gracias a este sistema ascendía a 570.000 personas. El mayor número de personas estaban empleadas en sector de la restauración, con 230.000 personas, mientras que el comercio daba empleo a 130.000 personas y los servicios a 110.000 personas.
Como cabe esperar, es en Seúl donde se concentra el mayor número de enseñas y es en la capital donde tienen su sede el 72 por ciento del total de las cadenas de franquicia. Algo lógico si se tiene en cuenta que es en Seúl y sus alrededores donde se reúne casi la mitad de la población.
El número de enseñas coreanas que han salido fuera del país a probar suerte en el desarrollo de su actividad ronda los 600. El 91 por ciento de los establecimientos de dichas compañías se encuentran en China. El siguiente destino preferido por las franquicias coreanas es Estados Unidos, pero a gran distancia de China, tan sólo con un 6 por ciento. El resto de establecimientos se distribuyen entre los países del sudeste asiático, Japón, América del Sur y Europa.
Escasa presencia española
En sentido contrario, respecto al número de enseñas españolas que operan en Corea del Sur, tan sólo existen dos marcas implantadas en este país asiático. Se trata de la enseña especializada en moda de mujer y complementos, Mango, que está presente con 12 establecimientos, y KA Internacional, enseña dedicada a la decoración del hogar, que cuenta con una tienda.
La principal dificultad que se van a encontrar las franquicias españolas, que quieran implantarse en Corea del Sur, es el desconocimiento casi total de las marcas de nuestro país por parte de los consumidores coreanos, lo cual va a requerir un gasto adicional en promoción de la marca.
Parece ser que los sectores en los que las franquicias españolas tendrían una mejor acogida, serían los de restauración, cafetería, textil y calzado. En todos ellos, la forma de implantación más idónea sería a través del master franquiciado, o mediante la creación de una empresa mixta con un socio coreano.
En el caso del sector de la restauración, lo que el consumidor coreano está demandando actualmente son restaurantes especializados en comidas típicas de diferentes regiones geográficas del mundo. Hace un par de años se produjo un gran aumento de los llamados restaurantes de fusión, que combinaban comidas occidentales con orientales. Sin embargo, la tendencia actual es la de especializarse en un tipo de comida.
En el caso de las franquicias dedicadas a la moda, las franquicias deberían elegir entre la apertura de tiendas propias, o la apertura de los llamados Shop-in-Shops en centros comerciales. Los franquiciadores deben evaluar ambas posibilidades y sopesar las ventajas y los inconvenientes, sobre todo por el corto ciclo de vida de los productos que van cambiando cada temporada.
En resumen, Corea del Sur es una de las economías más dinámicas del planeta, con un crecimiento del 5 por ciento del PIB. Además, se trata de un mercado estratégico situado entre China y Japón. En los últimos años, existe una creciente demanda de productos occidentales así como una mayor capacidad de consumo por parte de su sociedad.
Teniendo en cuenta la gran importancia de la que goza el sistema de franquicia en Corea del Sur, la entrada en el mercado coreano bajo esta fórmula es una opción que las enseñas españolas deberían valorar, ya que se ha constituido como la forma más dinámica de expansión empresarial durante los últimos años en Corea del Sur. Para ello deberán esforzarse por paliar el desconocimiento del país asiático sobre las marcas españolas.
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