Franquicias de prendas íntimas, la guinda del sector moda
La revolución «sexual» que ha experimentado la sociedad no ha hecho sino potenciar el éxito de un tipo de prenda que antaño se lucía estrictamente en privado. La tendencia no deja lugar a dudas: la lencería es la estrella del vestidor, se pasea por las pasarelas internacionales más relevantes de la mano de los diseñadores más prestigiosos y, por extensión, ha provocado una eclosión de marcas cuyo potencial de futuro que parece no tener límites.
El desarrollo de nuevos tejidos, texturas y colores se ha convertido en el pasaje hacia el éxito de las empresas que han decidido centrarse en la venta de la «moda invisible». En este sentido, no sólo se trata de una estrategia obligada para continuar acaparando la mayor cuota de mercado posible, sino que también es una necesidad: la de dar respuesta a un público cada vez más exigente que demanda innovación y originalidad a raudales.
Así, la transformación de la demanda y la natural evolución del mercado han incidido decisivamente en el perfil de comercio que antaño vendían este tipo de prendas. Las pequeñas tiendas de corte tradicional han dejado paso a establecimientos sumamente especializados, que muestran una gran capacidad de respuesta a los cambios de tendencia y que han descubierto en la fórmula de la franquicia numerosas ventajas para impulsar el crecimiento de sus conceptos.
Un sector exclusivo y competitivo
Actualmente, en nuestro país operan 10 cadenas de franquicias dedicadas al comercio de la moda íntima a través de unos 345 establecimientos repartidos por la geografía española y diversos mercados internacionales.
Es necesario hacer hincapié en que la cifra de redes operativas se ha mantenido constante durante los últimos tres años, en parte por la dificultad que entraña entrar a formar parte de un sector marcado por una elevada competencia. Las razones podrían estar intrínsecamente relacionadas con el esfuerzo que requiere gestionar exitosamente un negocio de estas características.
Como explicábamos anteriormente, los establecimientos de venta de ropa interior y lencería tienden a ofrecer aspectos diferenciales con el resto de locales de negocios de moda en franquicia. Básicamente, un establecimiento de esta categoría debe estar preparado para ofrecer productos y servicios «sofisticados», donde la innovación y la originalidad estén a la orden del día y el cliente se sienta «tentado». Unas características que requieren de un esfuerzo en investigación, diseño, confección y técnicas de venta constantes.
Antes de analizar las claves de este negocio en franquicia, es interesante tener presente los costes de apertura que entraña poner en marcha una tienda de moda íntima. En este sentido, la inversión inicial media se encuentra actualmente en casi 80.000 euros, si bien se trata de un negocio que factura por término medio cada año hasta 182.000 euros.
Por otra parte, el futuro franquiciado debe contar con un local de al menos 60 metros cuadrados de superficie, que esté ubicado en una zona eminentemente comercial dentro de una ciudad de más de 50.000 habitantes -si bien hay que tener en cuenta que algunas referencias exigen instalar el establecimiento en una gran ciudad, como Madrid o Barcelona-.
Franquicias y lencería, una buena «combinación»
La primera ventaja que ofrece la franquicia al emprendedor es la capacidad de las redes para adaptar su oferta a la demanda, contando con un sistema de investigación y logística que permite responder con agilidad a los «caprichos» de las tendencias del mercado de la moda. A este respecto, cabe puntualizar que la labor de la central comienza en las mismas pasarelas casi un año antes de que una colección salga a la luz, como el primer paso de un largo proceso imprescindible para continuar seduciendo a la clientela.
Por otra parte, está claro que seguir los dictados de los gurús de la moda no es suficiente, y las cadenas también realizan un esfuerzo por diferenciarse de su competencia. Teniendo en cuenta la homogeneización que suele marcar el sector moda en todas sus variantes, es necesario invertir en una imagen distinta, o bien en un estilo muy marcado.
La mejor estrategia para ofrecer algo diferente es la diversificación, y ya son numerosas las cadenas que se han lanzado a complementar su oferta con otros productos afines, como medias, moda sport e incluso artículos de corte erótico, todo para dar esquinazo a la competencia y, por qué no, incrementar los beneficios a final de año.
En cuanto a la «trastienda», los negocios de moda íntima en franquicia suelen ofrecer múltiples ventajas al franquiciado a la hora de comprar la mercancía, ya que éste puede adquirir el producto en depósito, devolviendo a la central aquello que no se haya vendido a final de temporada sin coste alguno.
Además, la capacidad productora que han desarrollado algunas de estas redes permiten a los asociados acceder a una colección que ha diseñado, confeccionado y fabricado la propia marca, con una doble ventaja: la posibilidad de marcar tendencias y un precio ajustado que permite ampliar el margen de beneficios.
Pasando al interior del local, el acondicionamiento del espacio comercial es una de las bazas fundamentales que juegan las cadenas de franquicias para conquistar al consumidor. A través de una cuidada decoración, la marca puede transmitir a su clientela una serie de valores, en este sector relacionados por norma general con la pureza, el lujo, la sofisticación y, muy importante, la exclusividad.
En la misma línea, una imagen de marca con peso específico en la sociedad de consumo continúa siendo un valor añadido para las empresas textiles en general, y los negocios de lencería en particular. Porque en este sector, la imagen no sólo invita al cliente a entrar al establecimiento y echar un vistazo, sino que tiene la capacidad de formar en su mente una idea bastante acertada de lo que va a encontrar en él: conjuntos que realzan la sensualidad, ropa íntima funcional&hellip, o incluso ambas.
Finalmente, otro factor a tener en cuenta hoy en día es el merchandising, que tiende a sustituir la presentación pasiva del producto o servicio por una presentación activa, cuidando todo lo que pueda hacerlo más atractivo: colocación del producto, fraccionamiento, envase y presentación, etc.
El reto de la moda íntima
En primer lugar, destaca la necesidad de las franquicias de continuar invirtiendo ingentes esfuerzos en I+D, para no quedarse atrás en un mercado donde las tendencias varían de una temporada a otra. Desarrollar nuevos tejidos, texturas, colores e incluso formas es la mejor estrategia para, además de adaptarse a las exigencias de la moda, crear tendencias propias que consigan sus propios adeptos.
A este respecto, sl igual que en el sector de la moda general, el principal reto al que se enfrentan los conceptos de moda íntima está relacionado con los stocks, dado que las enseñas tendrán que precisar de antemano qué cantidad de producto van a necesitar en sus tiendas. Una problemática que ha llevado a las cadenas a planificar las temporadas mucho antes de que éstas lleguen para intentar eliminar el stock en la época de rebajas, o a través de los cada vez más populares outlets.
En cuanto a diversificación y especialización, estrategias que, al contrario de lo que pueda parecer, no son opuestas, las cadenas de moda íntima cuentan con diversos campos prácticamente por explorar. Por ejemplo, la moda íntima masculina se encuentra mucho menos desarrolla y explotada en sus posibilidades que la femenina, donde innovar se ha convertido en una quimera para muchas cadenas.
Finalmente, como en casi todos los sectores que operan en franquicia, adaptarse a la evolución que marcan las nuevas tecnologías -sobre todo de comunicación- es fundamental. En el sector que nos ocupa, estas nuevas herramientas permiten a las centrales franquiciadoras una comunicación más fluida con toda su red, a un coste muy bajo y con una flexibilidad total.
Marcas para todos los gustos
Como hemos recalcado, en un sector tan competitivo diferenciarse es más que esencial, por lo que las cadenas de franquicias han apostado por dirigir su oferta a un segmento concreto de la población objetivo.
En el terreno más informal también destaca Undercolors, cadena de tiendas ligada a la textil italiana Benetton, que dirige su oferta de ropa interior «underground» tanto a hombres como a mujeres. Con más de 50 establecimientos operativos en España, se ha convertido en una de las referencias más exitosas del mercado nacional.
Otra de las «gigantes» de la moda íntima en franquicia es Intimissimi, cadena que cuenta con el respaldo de una gran compañía textil -que también gestiona los designios de Calzedonia- y que apuesta por lencería «fina» para todos los públicos, hombres y mujeres, jóvenes y maduros, con una máxima: calidad y buen precio. Con más de 70 tiendas, esta marca italiana ha conseguido hacerse un hueco.
Entre las últimas incorporaciones encontramos a areainterior, nuevo concepto de tienda de ropa interior que trabaja con algunas de las marcas más populares del mercado como Abanderado, Princesa, Unno, Dim&hellip, entre otras. Con una oferta que se dirige al público en general, esta enseña catalana ofrece una experiencia de más de 50 años en el sector.
Adentrándonos en el terreno de la sofisticación, Wolford es una cadena de origen austriaco que, desde sus inicios, ha hecho de la investigación y la innovación su bandera. ¿ Su objetivo? Satisfacer las necesidades de la clientela con un poder adquisitivo medio-alto que apuesta por una moda íntima de auténtico lujo. Con presencia en casi todos los países del mundo a través de corners en tiendas de alto standing, la enseña se dispone a acometer un plan de expansión en nuestro país que pasa por la apertura de tiendas franquiciadas.
En la misma línea, Caro Cuore ofrece una línea de moda íntima basada en la excelencia, tanto en el diseño como en las materias primas que utiliza. De origen argentino, esta enseña cuenta con más de 45 años de experiencia en el sector además de un bagaje internacional que es prueba de su éxito. En España, opera a través de casi una veintena de establecimientos que se ubican, normalmente, en grandes centros comerciales.
Por su parte, Love Store basa su oferta en un amplio surtido a buen precio, donde la mujer es la protagonista. Con un público objetivo compuesto por féminas de entre 20 y 45 años, esta cadena de origen nacional valora muy mucho la calidad de servicio en sus tiendas, que acompaña con una cuidada decoración y una atención personalizada. Con casi 10 años en el mercado, la cadena cuenta con 21 tiendas operativas.
Potenciar la sensualidad y el erotismo es el cometido principal de la moda íntima que ofrece Le Boudoir, joven cadena española que apuesta por la revolución de la mujer en el ámbito sexual y que, además de lencería, ofrece en sus tiendas una cuidada selección de artículos eróticos.
Otras referencias de moda íntima en franquicia son Body One Lingerie, Leveleleven Underwear, Millenia íntima, Modimel-La y Underwear &, Co.
Una completa selección de oportunidades de negocio para aquellos inversores interesados en desarrollar una actividad empresarial en un sector en constante crecimiento, con un éxito avalado por las tendencias sociales que han convertido la lencería en la protagonista de cualquier vestidor que se precie.