Fast Food, franquicias para dar y tomar
Animadas por los resultados de las recién llegadas franquicias estadounidenses, numerosos negocios de fast food decidieron adoptar esta fórmula de crecimiento dejando atrás el modelo de gestión tradicional que caracterizaba a la empresa familiar.
En pocos años se fraguó un sector compuesto por enseñas en vías de desarrollo que consiguieron expandir su red de locales bajo la directriz de una central, que se preocupaba por una gestión más profesional, la homogeneidad de productos y servicios entre todos los eslabones de su cadena y, como no, por potenciar una imagen de marca que calase en la sociedad.
Aunque durante esta primera “explosión” de franquicias la carta de los establecimientos solía ofrecer los productos clásicos -hamburguesas, pizzas y bocadillos-, el sector encontró en la diversificación la mejor manera para seguir creciendo. Así, en los últimos dos años el mercado de la comida rápida en franquicia ha dado la bienvenida a numerosas enseñas que han basado su concepto de negocio en la venta de productos hasta ahora desconocidos.
¿La razón principal? Básicamente la misma que impulsó el desarrollo de este sector hace más de un década: una creciente demanda motivada por un cambio en los hábitos del día a día de la sociedad. De hecho, el porcentaje de gasto en alimentación fuera del hogar ha crecido en los últimos 10 años 6,5 puntos porcentuales, teniendo en cuenta que, de media, cada español realiza una comida principal fuera del hogar dos veces por semana. Si hablamos de Madrid o Barcelona, estas cifras se disparan.
Así, en la actualidad el sector del fast food en franquicia destaca por su proyección de cara al futuro, un crecimiento animado por la incorporación de nuevas enseñas, la apertura constante de nuevos establecimientos y, lo más importante, el afán innovador de las cadenas que operan, que se enfrentan a una nueva tendencia en relación a la demanda del consumidor: productos saludables, equilibrados e identificados con la famosa dieta mediterránea.
Una expansión acorde a la comida “rápida”
En restauración, el sector de comida rápida es uno de los que tiene mayor consolidación en el mundo de la franquicia, no sólo a nivel nacional sino, también, y en mayor medida, a nivel internacional, gracias sobre todo a la idoneidad de este producto de cara a su estandarización y homogeneización.
Aunque, tal y como hemos comentado antes, podemos apreciar la madurez y estabilidad del sector a finales de los ’90 –tiempo en que operaban 14 enseñas-, es bien cierto que a partir de la entrada del nuevo milenio este mercado experimentó una reconversión derivada de la innovación en los conceptos de negocio. ¿El resultado? Más enseñas y establecimientos operativos.
Actualmente operan en el territorio nacional un total de 27 enseñas a través de 2.274 establecimientos, de los cuales un 73,13 por ciento -1.663 locales- son gestionados directamente por franquiciados, mientras que el resto -611 puntos de venta- son propiedad de la central de franquicias.
Respecto a los últimos pasos del sector de la comida rápida en franquicia, se puede observar un importante proceso de regeneración basado en la aparición de nuevos conceptos de negocio que tratan de “reinventar” productos tradicionales como bocadillos, kebaps, tacos, roscas, etc. y adaptarlos a los procedimientos operativos propios de concepto fast food.
Y es que el producto -su calidad, composición nutricional, etc.- es una de las claves del éxito de las cadenas de franquicias de comida rápida, si bien la capacidad de atracción de la imagen de marca, un sistema de aprovisionamiento eficaz y eficiente, la ubicación del local y la profesionalidad de los empleados, conforman el resto de aspecto que cualquier red que opera en este negocio debería tener en cuenta para potenciar su crecimiento.
¿El reto? Más rápido, más barato, más sano
En el año 2006, según un estudio llevado a cabo por la consultora DBK, las cadenas de comida rápida y servicio a domicilio que operan en el territorio nacional registraron un incremento de ventas del 9,3 por ciento alcanzando unas ventas totales de 2.240 millones de euros. Unas cifras que demuestran la bonanza de un mercado que, aunque está muy consolidado, no debe descuidar ciertos aspectos del negocio.
El producto y sus características continúan destacando entre las claves del éxito de las cadenas de comida rápida en franquicia. La cantidad, la calidad y, últimamente, la composición nutricional del producto son aspectos cada vez más considerados por el cliente a la hora de decantarse por acudir a un establecimiento o a otro. Y es que, actualmente, el cuidado de la salud y de la imagen se ha convertido en el eje que guía las decisiones de los consumidores.
Las redes de franquicias han sabido adaptarse perfectamente a esta tendencia y, cuando hace años era impensable degustar una ensalada en una hamburguesería, ahora es totalmente normal encontrar productos “verdes” en restaurantes fast food.
Del mismo modo, las enseñas han descubierto en la diversificación la mejor estrategia para continuar estando en el candelero, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado del fast food es muy competitivo. Cada temporada los restaurantes añaden a sus cartas nuevos productos encaminados a ampliar el público objetivo de la marca y, al mismo tiempo, testar el gusto del consumidor en pos de dar con un plato que se convierta en un “imprescindible”.
A este respecto, otra de las bazas que las enseñas pueden aprovechar en relación a sus productos consiste en ofrecer algo “insustituible”, en el sentido de dar con un producto que ninguna otra nueva cadena, franquicia o no, sea capaz de sustituir inventando un plato que sea similar.
Finalmente, hay que ser consciente de que el consumidor espera recibir el mismo producto que en cualquier otro establecimiento de la misma cadena, por tanto, la elaboración y presentación debe ser homogénea, al igual que el sabor. No se debería apreciar diferencia alguna entre los productos de los establecimientos de la misma enseña.
El precio es otro de los factores clave en franquicia y las enseñas deben procurar que sea lo más ajustado posible para que resulte competente. ¿La mejor estrategia? Constituir economías de escala que permitan mejorar las condiciones de compra que se ofrezcan a los franquiciados como integrantes de la cadena. Ahora, lo más habitual es desarrollar cocinas centrales en las que se prepara el producto final.
El desarrollo de sistemas de distribución ha permitido que las franquiciadoras cuenten con otras alternativas, los operadores logísticos. Estas opciones permiten a las franquiciadores, principalmente, reducir los costes fijos de almacenamiento y evitar riesgos de financiación.
Atendiendo a la atención que recibe el cliente en el restaurante, ofrecer rapidez y calidad es fundamental para fidelizar al consumidor. Actualmente, las cadenas encuentran muchos problemas para satisfacer su demanda de empleados en los establecimientos y, aunque el colectivo inmigrante ha venido a solucionar esta dificultad, ofrecer un buen servicio continúa siendo la asignatura pendiente de muchas franquicias. La formación continúa siendo la mejor estrategia.
En cuanto a la ubicación del local, la situación ideal sería en calles comerciales con gran afluencia de público, en centros comerciales relevantes que ofrezcan una serie de servicios que atraigan al mayor número de clientes potenciales o en complejos de carácter lúdico o zonas turísticas. Sin embargo, ante la dificultad de hacerse un hueco en cualquiera de estos emplazamientos, las redes están recurriendo a otro tipo de alternativas, como pueden ser los conceptos kioscos -que tratan de aprovechar espacios diáfanos dentro de las grandes superficies- o zonas de gran tránsito -estaciones y aeropuertos- para la ubicación de pequeños establecimientos.
La tradición es la tradición
Aunque en pocos años el sector del fast food en franquicia se ha copado de nuevos conceptos ligados a nuevos productos que, a juzgar por su trayectoria, hacen las delicias de la sociedad española, los productos más clásicos siguen conservando su puesto en el ranking de preferencias de los consumidores. Hamburguesas, pizzas y “bocatas” continúan arrasando entre un sector de la clientela que disfruta con la comida rápida ás tradicional.
Si hace pocos años el sector del fast food en franquicia lo copaban las bocaterías, las hamburgueserías y las pizzerías, de un tiempo a esta parte el panorama ha cambiado por completo. De hecho, las últimas enseñas en incorporarse al sistema nacional de la franquicia han descubierto en los productos hasta ahora desconocidos la mejor forma de hacerse hueco en este mercado tan competitivo.
Es impensable comenzar un listado de referencias del fast food más clásico sin mencionar a Mc Donald’s, la cadena estadounidense pionera en la adopción del sistema de franquicias para crecer y en la exportación de la fórmula a otros mercados. No por nada la red más internacional de hamburgueserías factura más de 50.000 millones de dólares al año y cuenta con más de 30.000 establecimientos en todo el mundo. Solo en España, Mc Donald’s cuenta con casi 400 restaurantes y sigue creciendo a buen ritmo, gracias en parte al apoyo económico que presta la central a sus futuros franquiciados.
Sin embargo, la primera red de franquicias en instalarse en España fue su principal competidor, Burger King, una de las cadenas líderes en el mercado mundial de la restauración rápida que cuenta en la actualidad con 11.220 restaurantes en 61 países en todo el mundo. Con una experiencia a nivel mundial de 50 años y más de 40 en la gestión de franquicias, es otra de las oportunidades de negocio más populares a día de hoy.
La pizza es otro de los productos estrellas del fast food, un negocio en el que se destaca por su veteranía Pizza Hut, cadena de origen norteamericano cuya expansión gestiona Grupo Yum! también en España. Con dos opciones de negocio, restaurante o local de recoger pedidos y servicio a domicilio (delivery), se trata de uno de los conceptos más implantados en la mente de la sociedad española, sobre todo en las grandes ciudades.
Pizza Móvil, por su parte, cuenta con 71 establecimientos repartidos por toda la geografía nacional, 20 de ellos franquiciados, gracias a un concepto basado en un producto de calidad y un servicio más personalizado, con garantía de entrega en domicilio de 30 minutos y atención en mesa en restaurante. De cara a fin de año, la enseña prevé contar con 7 nuevos locales.
Al mismo negocio se dedica Pizzon Pizza, franquicia que se incorporó al mercado en el año 2000 y que ha optado por expandir su concepto de negocio a un ritmo que permita consolidar la estructura de la red a nivel nacional. Actualmente, la enseña cuenta con seis establecimientos mientras prosigue su crecimiento.
Pasando al micro sector de los bocadillos destaca Pans & Company, franquicia integrada en The Eat Out Group -uno de los grupos de restauración más importantes del país- que cuenta con 183 locales en el territorio nacional y más de 70 repartidos entre otros países. Ahora, la enseña se dispone a potenciar su expansión a nivel internacional y ha dado un giro al concepto, diseñando locales con una decoración diferente, alejada de lo que se espera de un sitio de comida rápida.
Otra de las enseñas referencia es Bocatta, enseña perteneciente al The Eat Out Group que en la actualidad cuenta con más de 450 establecimientos repartidos por todo el territorio español y diferentes ciudades de Italia, Portugal y Andorra. Los puntos fuertes de este concepto son su afán por crear una mayor proximidad a la cultura gastronómica mediterránea, el cuidado diseño y el ambiente agradable de sus establecimientos y como la adecuada respuesta a las necesidades reales de los clientes en cada momento.
Una referencia que propone un concepto de bocatería distinto es Krunch, cervecería de ambientación centroeuropea que se ha especializado en exquisitos bocadillos (clásicos y de autor), una oferta que complementa con un amplio surtido de cervezas nacionales y de importación. Actualmente, cuenta con 16 establecimientos propios y 3 franquiciados, mientras se dispone a desarrollar un intenso plan de expansión por la zona norte, centro y levante.
Otra propuesta cuyo concepto destaca en el sistema nacional de la franquicia es Brutus, red que se ha especializado en la cocina “a lo grande”, preparando los bocadillos -entre otros productos- más grandes que existen en el mercado. Además de la peculiaridad de su negocio, Brutus ofrece una carta sencilla, bien estudiada y rentable, un ambiente divertido, una gestión totalmente automatizada realizada por el franquiciador y una actividad que ofrece rotaciones de primera línea y unos horarios de trabajo muy reducidos y con poco personal, fácil de encontrar.
Rodilla, cadena de franquicias líder en la venta de sándwiches, cuenta actualmente con 85 establecimientos que conservan todo el sabor de la tradición de un producto que ya se vendía hace 50 años. Con una amplia carta, donde además se incluyen ensaladas, postres y helados, la red madrileña es una de las más consolidadas del sector, con una gran proyección de crecimiento en el futuro.
También integrado en entre los conceptos clásicos del fast food se encuentra Kentucky Fried Chicken, otra de las referencias del mercado internacional de la comida rápida y del sistema de la franquicia a nivel mundial. Con más de 13.000 restaurantes en todo el mundo, expande su concepto por España de manos del Grupo Yum! que hasta el momento ha abierto un total de 60 establecimientos en el territorio nacional, todos ellos franquiciados.
Finalmente, Oh La La es una cadena que ha apostado por la variedad para complacer a su clientela. Con más de 15 años de experiencia y 44 locales en el territorio nacional, esta enseña cuenta con una amplia carta repleta de bollería, pizzas y ensaladas, montaditos, hamburguesas, platos combinados y, por supuesto, bocadillos. En su saber hacer destaca un sistema de trabajo ágil, moderno y dinámico, para garantizar el máximo servicio con el mínimo personal.
La vanguardia de la comida rápida
Entre los conceptos que han decidido ofrecer productos hasta ahora desconocidos por la sociedad española se encuentra KonoPizza, cadena de franquicias cuyo plato estrella consiste en una pizza enrollada en forma de cono, como su propio nombre indica. Con seis locales operativos, es una de las novedades del sector en franquicia.
Las especialidades de la gastronomía turca han entrado a formar parte del ranking de productos fast food más solicitados, un negocio que ha sabido aprovechar Istanbul, primera cadena de comida rápida turca en España y Europa. Con unos 50 establecimientos operativos, ofrece un concepto consolidado que valora mucho la ubicación de un futuro local, eligiendo las mejores zonas de las ciudades más grandes de España y en los mejores Centros Comerciales.
En la misma línea opera Abbsid Döner Kebab, franquicia que, con casi una quincena de establecimientos en el territorio nacional, ofrece toda clase platos turcos con un protagonista, el Döner Kebab. ¿Su máxima? La calidad de sus ingredientes.
La Rosca de Plata ofrece en su carta una amplia selección de roscas, producto de la dieta tradicional andaluza que está en línea con la cultura del tapeo. Aunque la enseña lleva sólo un año ofreciendo su concepto a inversores y emprendedores, ya cuenta con dos establecimientos en el territorio nacional.
Otra cadena que ha decidido especializarse en un producto poco habitual entre los conceptos de fast food es Mac PAPA´S, puesto que es la primera enseña de restauración rápida especializada en patatas asadas con guarnición, aunque su carta también incluye productos de lo más variado: camperos, baguettes, chapattas, hamburguesas, pizzas, ensaladas, etc. Actualmente cuenta con tres locales operativos.
Pasando a un terreno más dulce encontramos la cadena Canel Rolls, enseña que hace centrado su concepto de negocio en la venta de un popular rollito con un toque de canela y azúcar moreno, sus ingredientes más característicos. Al tratarse de una fórmula importada desde Estados Unidos, la marca se ha esforzado por adaptar su producto al paladar español, introduciendo diferentes rollitos salados.
La dieta “rápida” del Mediterráneo
La creciente demanda de una oferta culinaria saludable y productos integrados en la dieta mediterránea, ha animado a diversas cadenas de franquicias a centrar su concepto de negocio en la venta de productos saludables y frescos, pero adaptados al saber hacer de cualquier otra cadena de comida rápida.
Así, Fresc Co propone un concepto que da respuesta a las necesidades de las personas que tienen que comer fuera de casa pero que no quieren renunciar a un precio competitivo y a una alimentación equibilibrada. En su carta se puede encontrar un variado buffet de ensaladas, complementado con una variada y completa oferta de segundos platos (pastas, pizzas, sopas caseras, platos del día,…) y una selección de postres.
Por su parte, Chefbuffet ofrece una modalidad de restaurante Buffet-Libre que no precisa de cocina, puesto que la red dispone de una cocina central en la que el “chef” elabora una amplia oferta gastronómica de alta calidad, que va desde los más tradicionales guisos de la cocina mediterránea hasta los platos más exóticos de la cocina internacional.
Finalmente, Odre y Hogaza es otra de las alternativas que, aunque parece desmarcarse del sector, se ha hecho un hueco entre el resto de conceptos. Como una auténtica taberna de tapas, los establecimientos de la red ofrecen producto, por un lado de elaboración propia y, por otro, productos semiartesanales de alta calidad. A día de hoy la cadena cuenta con 21 locales con su propio horno de leña cada uno.
En cualquier caso, ya se trate de la venta de un producto tradicional o vanguardista, las cadenas de comida rápida presentan hoy en día una gran proyección de cara al futuro, avaladas por su cifra de ventas y su número de aperturas a fin de año. No en vano constituyen uno de los sectores más consolidados del sistema nacional de la franquicia.