Franquicias que asisten a la tercera edad
El 30% de los sexagenarios precisan de asistencia en su propio domicilio, la familia ya no puede hacerse cargo y los recursos son a todas luces escasos. Esta es la preocupante realidad que ha motivado la recién estrenada Ley de Dependencia, así como una proliferación del número de empresas especializadas en «cuidar» de la tercera edad. Una circunstancia que ha tenido su réplica en el sistema de franquicias en forma de incremento del número de enseñas que, más que responder a una mera tendencia, responde a una acuciante necesidad.
En nuestro país, los cambios demográficos y sociales han provocado un incremento progresivo de la población en situación de dependencia. Tan sólo hay que tener en cuenta que el número de mayores de 65 años se ha duplicado desde 1970, un fenómeno añadido al «envejecimiento del envejecimiento», es decir, el aumento del colectivo de población con edad superior a 80 años, que se ha duplicado en sólo veinte años.
A esta situación hay sumar la imposibilidad por parte de las familias, en especial de las mujeres, de seguir ocupándose de sus congéneres, situación que ha obligado a los poderes públicos y, como no, a la sociedad en su conjunto a revisar el sistema de asistencia tradicional para asegurar unas prestaciones adecuadas.
En este sentido, mientras que la Administración ha reaccionado promulgando la Ley de Dependencia, con una respuesta más que positiva por parte de todos los sectores, el mercado ha reaccionado multiplicando el número de empresas que se han especializado en servicios de asistencia para la tercera edad.
Así, el mercado nacional de la franquicia ha dado la bienvenida en los últimos años ha casi una decena de enseñas cuyo concepto de negocio se basa en atender las necesidades de este colectivo. Ya sea en sus centros de día o en su propio domicilio, estas compañías se han convertido en una respuesta a las necesidades acuciantes de nuestros mayores y sus familias, además de ser oportunidades de negocio con una gran proyección de futuro.
Franquicias en colaboración con la Ley de Dependencia
Como decíamos, además de prestar un servicio social, las cadenas de franquicias especializadas en atender a la tercera edad ofrecen un negocio que se verá revitalizado en el futuro no sólo por la demanda creciente, sino por los planes de la Administración al respecto.
La Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia y a las familias de España, más conocida como Ley de Dependencia, es el primer paso para construir el futuro Sistema Nacional de Atención a la Dependencia, que dotará financieramente los servicios que precisen las personas que tengan problemas para desarrollarse en su vida cotidiana.
Una normativa que entró en vigor el primer día de 2007 y que provee de ayudas económicas para las personas que necesiten ayuda en su domicilio, atención residencial permanente o temporal, ayudas para potenciar su autonomía personal e incluso ayudas técnicas, como aparatología de cualquier tipo.
Además de colaborar de forma decisiva con miles de familias españolas, esta Ley va a significar un beneficio directo para las empresas que prestan los servicios anteriormente citados ya que, por un lado, los demandantes van a contar con más recursos económicos y, por otra, las comunidades autónomas van a necesitar el apoyo de entidades privadas para dar respuesta a todas las solicitudes de ayuda.
Según reza el Artículo 14 de la propia normativa «las personas que sean declaradas dependientes, podrán recibir directamente una serie de servicios, prestados a través de la oferta pública de la Red de Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, mediante centros y servicios públicos o privados concertados».
No cabe duda que las centrales de franquicias serán las primeras interesadas en establecer acuerdos de colaboración con las administraciones locales, dando salida a una demanda que desborda a día de hoy, y previsiblemente en el futuro, la red de centros públicos operativos.
Ventajas para el franquiciado y el cliente final
En primer lugar, las cadenas de franquicias prestan un servicio caracterizado por la profesionalidad de los empleados. En todos los casos, existe un proceso de formación y selección que garantiza al franquiciado contar con un equipo totalmente preparado y, como no, asegura al beneficiario unas prestaciones «de calidad».
Además, las centrales proveen a sus asociados de toda la tecnología que necesitan a la hora de tratar a sus pacientes. En este sentido, estar a la última se ha convertido en la máxima de estas empresas, que se preocupan muy mucho por la clase de atención que van a prestar.
Una batería de recursos, humanos y tecnológicos, a la que hay que sumar una estudiada adaptación de los servicios a la persona que los necesita. Es decir, tanto en los propios centros como a domicilio, las franquicias se ocupan de atender en todo lo estrictamente necesario a sus usuarios, incluso apoyando psicológicamente a los familiares, a veces tan necesitados de ayuda como los propios mayores.
Por otra parte, las centrales se esfuerzan por ajustar el coste de estos servicios, conscientes de que no todas las familias cuentan con los recursos financieros que exige la obtención de una asistencia que, en muchos casos, incluye una aparatología en términos generales muy cara.
La diversificación es otras de las claves de este tipo de negocios y, no en vano, la mayoría de las enseñas que operan en el sector complementan sus servicios a la tercera edad con otros, por ejemplo, especializados en la limpieza del hogar. Gracias al desarrollo de conceptos que ofrecen cierta sinergia, las cadenas facilitan los resultados de sus franquicias.
Finalmente, otra de las bazas con las que cuentan las franquicias es la confianza. Cuando se trata de la salud de las personas, un tema muy delicado, confiar en la empresa y sus servicios es más que fundamental. A través de una cuidada imagen de marca, la central puede potenciar este sentimiento en los clientes objetivo.
Ejemplos «vivos» del cuidado a nuestros mayores
Entre las empresas que decidieron adoptar la fórmula de la franquicia para desarrollar su proyecto de atención a la tercera edad es Asfa 21, cadena cuya filosofía de negocio se basa en proveer a sus asociados el mejor servicio en campos como el marketing y la publicidad, nuevas tecnologías, formación de personal de empresa y la asistencia socio-sanitaria. Con casi 20 centros operativos, la enseña se dispone a expandir su concepto al vecino Portugal.
B(b) Serveis ofrece una franquicia coparticipada junto a la central que integra servicios socios-sanitarios, centros de día y residencias, así como asesoramiento al cliente final. Una de las grandes ventajas se deriva del éxito de la enseña en los concursos públicos, con más de 40 gestionados en sus siete años de vida como cadena de franquicias. Con 55 centros operativos, se coloca a la cabeza del sector de la asistencia a mayores bajo esta fórmula de crecimiento.
Con una treintena de centros opera Edades, enseña que propone a sus asociados comenzar gestionando su equipo desde el domicilio y crecer hasta llegar a ser delegado territorial, incluso gestionando una residencia o un centro de día. Además, dispone de un concepto de tienda especializada en ortopedia, para aquellos interesados en el comercio de la aparatología específica. Una alternativa cuya expansión está orientada a toda España y Portugal, desde las pequeñas poblaciones hasta las grandes ciudades.
Por su parte, Home Personal Services ofrece un proyecto llave en mano que acompaña un plan de marketing intensivo para acompañar el «arranque» de sus franquicias. Además, la enseña se compromete a respetar la exclusividad territorial y brinda a sus clientes finales servicios diferenciales tales como permanente atención al cliente. A día de hoy, la marca cuenta con una docena de centros operativos, mientras desarrolla su expansión por las principales capitales de provincia españolas.
Más ejemplos…
Mondial Assitance Contigo, a través de sus 10 centros operativos, ofrece un servicio 24 horas 365 días al año que va desde cuidados básicos y acompañamiento dentro y fuera del hogar, hasta servicios médicos de toda clase. Una oferta que complementa con otros servicios a domicilio. Además, desde la central se garantiza la total viabilidad del proyecto a través de estudios periódicos sobre la zona de actividad, para potenciar oportunidad y evitar contratiempos.
Desde Estados Unidos, una propuesta de corte internacional: Home Instead &ndash, Mejor en Casa. Con más de 700 oficinas en 11 países, ofrece apoyo especializado para que las personas mayores puedan permanecer en casa y seguir siendo independientes. Un concepto que se basa en la prolongación del servicio a domicilio gracias unas prestaciones personalizadas en el mismo hogar.
Finalmente, Auxis es una recién llegada al mercado nacional de la franquicia y ha diversificado sus servicios ofreciendo tres posibilidades de negocio: un centro de servicio doméstico, un centro de servicios asistenciales o un centro mixto. Entre las ventajas que ofrece esta oportunidad, destaca un gran conocimiento de la evolución del mercado, un saber hacer consolidado y un sistema informático y software propio desarrollado específicamente para este tipo de actividad.